jueves, 5 de noviembre de 2009

El club de los poetas muertos II

Voy a mostrar, una serie de fragmentos del libro, que me han parecido muy interesantes y que reflejan como el profesor, está comprometido con sus alumnos, tiene vocación, le gusta lo que hace, y transmite un sentimiento de revelación (en el sentido de luchar por lo que uno quiere) a sus alumnos.


"Estamos comprometidos en una batalla, señores. ¿Qué digo, una batalla? ¡Es la guerra! Ustedes, jóvenes almas llegadas a un momento crucial de su desarrollo, serán triturados, aplastados por la apisonadora del academicismo, y el futuro perecerá antes incluso de nacer, o triunfarán y entonces podrá florecer su individualidad.

No teman, aprenderán lo que este colegio exige que sepan; pero, si puedo completar mi tarea, aprenderán el placer de las palabras: porque, pese a todo lo que les hayan podido decir, las palabras y las ideas tienen el poder del cambiar el mundo."


Quizás, pienso yo, si nuestros profesores o maestros, y los que actualmente hay, se hubiesen implicado más en su tarea educativa y no solamente en la formativa, como hace el profesor Keating, el alumnado de hoy en día, estaría mas comprometido con su educación, y los futuros maestros, pedagogos, educadores, etc., estarían en la facultad, por el simple hecho de ver como se cumple ese espiritu de aprender y enseñar el placer de las palabras, de sentir que educar es lo mas bonito que existe; y no solo porque se vive muy bien siendo funcionario.


Bueno, aqui os dejo unos cuantos de los maravillosos poemas, que se citan en el libro y en la pelicula:


Fragmento de un poema de Walt Whitman citado por Keating en clase:

¡Oh mi yo!
¡Oh vida de sus preguntas que vuelven
del desfile interminable de los desleales,
de las ciudades llenas de necios!
¿Que de bueno hay en estas cosas,
oh mi yo, mi vida?



Poema de Alfred Lord Tennyson recogido en el Diario de reuniones

Venid amigos
No es tarde
para buscar un mundo muevo,
pues sueño con navegar
más allá del crepúsculo
y, aunque ya no tengamos
la fuerza que antaño
movió cielos y tierra,
somos lo que somos:
un mismo temple
de corazones eróticos
debilitados por el tiempo, pero
voluntariosos para luchar,
buscar y encontrar
y no rendirse.
FRagmento del diario de reuniones de los chicos:

Fui a los bosques porque quería vivir a conciencia
Quería vivir a fondo
y extraer todo el meollo a la vida
Dejar de lado todo
lo que no fuera la vida
para no descubrir,
en el momento de la muerte,
que no había vivido.
Poema improvisado por uno de los alumnos en clase:

Un loco de dientes sudorosos
Cierro los ojos
y su imagen flota junto a mí
Un loco de dientes sudorosos
con una mirada que martillea mi cerebro
Sus manos se extienden y me alcanzan
y refunfuña todo el tiempo
El dice la verdad
La verdad es como una manta
que siempre te deja los pies fríos.
La estiras, la extiendes
y nunca es suficiente
La sacudes, le das patadas,
pero no llega a cubrirnos
Y desde que llegamos, llorando,
hasta que nos vamos, muriendo,
sólo nos cubre la cara
mientras gemimos, lloramos y gritamos.

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